Año 7 - Edición semanal - ISSN 2422-7226

Lavagna: “Es muy riesgoso que usen a YPF para ingresar divisas al país pagando tasas altísimas»

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Poco más de 30 segundos demoró Roberto Lavagna en llevarse la primera ola de aplausos de los empresarios que lo escucharon ayer en el Club del Petróleo. “Buenas tardes. No voy a decir para todos dado que sería una redundancia. Y menos para todos y todas porque sería una doble redundancia”, ironizó socarronamente el economista, para tomar distancia de entrada de cualquier relación semántica y sobre todo política con la Casa Rosada. El ex titular del Palacio de Hacienda de los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner fue el invitado de ayer del tradicional almuerzo en el Hotel Marriot Plaza que una vez por vez mantienen los empresarios petroleros. El Inversor Online fue el único medio acreditado en el encuentro. Su presentación fue eminentemente económica -realizó un diagnóstico somero acerca de cuáles son los desafíos que enfrentará el próximo gobierno y advirtió que “el nuevo presidente recibirá una herencia mucho más pesada que el que asumió en 2003″-, con algunas definiciones específicas sobre el sector energético. En ese sentido, se ilusionó con el momento que atraviesa la industria a nivel mundial de la mano de la explotación de los yacimientos no convencionales en EE.UU. y destacó las oportunidades que traerá aparejada la réplica de ese desarrollo en el país. “El shale puede tener un impacto similar al que tuvo la introducción del barco frigorífico a principios del siglo XX, que posibilitó que la Argentina se inserte en el mundo”, destacó. Tras criticar la escalada de la inflación -”es el séptimo año consecutivo con un aumento de precios superior al 20% anual-, el sistema de estadísticas -”hay cifras de la realidad y otras del relato”-, el incremento de la presión tributaria -”creció un 8% que representa un ingreso extra de US$ 32.000 millones anuales-, Lavagna abogó por un cambio en la política energética, “una de las responsables (por el salto de las importaciones de gas y combustibles) de la desaparición del superávit fiscal y el déficit de la balanza de pagos”. Con todo, el mejor plato del almuerzo llegó cuando el postre ya estaba servido, durante la ronda de preguntas. Ricardo Aguirre, gerente comercial de Chevron, lo consultó acerca de qué balance realizaba de las retenciones a la exportación de crudo aplicadas durante su gestión en 2004, lo que en la práctica descolgó los precios locales del hidrocarburos de los indicadores internacionales. En el sector interpretan que esa medida fue la primera de una zaga que terminó generando una erosión de las condiciones económicas del sector y por consiguiente, desincentivó la inversión de las petroleras. Lavagna explicó que “en 2004, en el marco de una escalada de los valores internacionales del crudo y como hicieron otros países, decidimos que lo mejor era instrumentar un esquema de retenciones para evitar un aumento de los precios domésticos en un momento en que la emergencia provocada por la crisis era todavía muy marcada”. El economista también se defendió cuando le preguntaron por qué no había promovido una suba gradual de las tarifas domiciliarias de gas y electricidad. “Durante la gestión de Duhalde quisimos hacer en tres ocasiones. Y las mismas veces fuimos inhabilitados por la Justicia, que primero alegó que los entes reguladores no habían sido convocados; la segunda indicó que la convocatoria sólo era válida si se producía en la sede del Enre y el Enargas (las audiencias habían tenido lugar en otros jurisdicciones), y la tercera alegó que los aumentos sólo serían válidos si realizábamos una Revisión Tarifaria Integral (RTI)”, reconstruyó Lavanga, que hoy asesora a Sergio Massa -”es quien mejor interpreta los problemas de la sociedad actual- y mantiene un canal de diálogo abierto con Daniel Scioli. “Apelamos la decisión, pero cuando Kirchner asume en 2003 ordena que dejemos sin efecto las subas”, indicó. “Es sabido que siempre tuve tres divergencias centrales con él (por Néstor). Por el manejo de los precios internos de los hidrocarburos; por el uso político de los Derechos Humanos, y por ciertos desórdenes institucionales que vivía el país”, agregó. A su entender, en el escenario actual no se puede estar desfasado de los precios internacionales. “Ya en 2005 o 2006 no tenía sentido mantener el precio del gas en US$ 2 (por millón de BTU) cuando lo importábamos a US$ 7 desde Bolivia”, comparó. Hoy la brecha es todavía más amplia: el LNG se paga entre 16 y 18 dólares. Para revertir el descenso de la producción de hidrocarburos es clave reactivar la inversión. “Hoy la industria tiene un poder de negociación mayor que en el pasado, porque las inversiones son tecnológicamente más complejas (por el desafío de poner en producción los yacimientos no convencionales”, advirtió el ex ministro kirchnerista. Para despejar interrogantes, patrocinó el diálogo entre todos los actores. “Me gustaría ver un proyecto de ley de Hidrocarburos. Al que no dialogue hay que sacarlo”, enfatizó. Una ejecutiva del sector quiso saber también qué posibilidad real existe de levantar el cepo cambiario, que impide la remisión de utilidades al exterior y por ende, atenta contra la confianza de los inversores. “Me causa gracia cuando escucho que se está analizando. Lo cierto es que no hay ninguna chance de eliminar el cepo en el marco de la actualidad política económica, simplemente porque los dólares no están”, descartó. La única vía para que el Gobierno avance en esa dirección -añadió- es recurrir al endeudamiento, “lo que implica un riesgo muy grande”. “Si hasta 2013 el principal peligro era la re-reelección, de acá hasta 2015 el mayor riesgo es que el Ejecutivo se endeude a corto plazo para pagar gastos corrientes como las importaciones de combustibles”, analizó Lavagna. “Espero que no utilicen a YPF para ingresar divisas al país pagando tasas de interés altísimas, tal como hizo la última dictadura militar”, concluyó. –

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