Año 7 - Edición semanal - ISSN 2422-7226

La política de” juego cero” en Santa Cruz

ISSN 2422-7226

La Gobernadora de la Provincia continúa con un discurso pacifista y dialoguista en la medida que el clima de tensión social y al interior del propio estado y clase política aumenta la temperatura cerca de la casa de gobierno y del apellido Kirchner. Paralelamente las acciones concretas con las fuerzas de oposición parecieran demostrar que la situación del endeudamiento y la relación con los principales referentes de “Cambiemos” que actúan como voceros del gobierno nacional generan un nudo ciego difícil de desatar.

 (Año 2 / Edición Nro. 84 / 10 de Julio de 2016 / Río Gallegos)

La judicialización del endeudamiento propuesto, asociada a la restitución del 15 % de Nación de regalías, más la declaración de la emergencia sanitaria, las medidas anti tarifarias de energías, la situación de la caja previsional, todas políticas en medio de un clima donde la oposición denuncia “quiebre institucional” e insiste que los recursos para pagar están en plazos fijos y no es necesario el endeudamiento.

Mientras tanto, las municipalidades, deterioran la calidad de los servicios urbanos y más de un intendente ha asumido que puede remplazar a los recolectores de basura. Las relaciones entre municipios de Caleta Olivia y Las Heras, adheridos a “Cambiemos”, debieron alinearse al conjunto de los municipios para legitimar el endeudamiento para asegurar gobernabilidad mínima. Al parecer no encontraron en “Cambiemos” respuestas que lo mantuvieran alineados con Eduardo Costa en la provincia y este con la nación.

En educación y salud, hemos llegado a julio administrando el conflicto entre paritarias formales y realidades económicas-financieras que desestabilizan cualquier diálogo temporal en torno al precio real de la canasta familiar. La inflación que produce recesión, la recesión que disminuye la capacidad de consumo ciudadano, y la racionalidad del bajo consumo que produce necesidades hasta llegar al hambre. En esta tormenta perfecta, las demandas de pagos de salarios o mejoras de salarios estatales provinciales y municipales que pretenden negociarse, retrasan cualquier institucionalidad del término paritarias.

Si las acusaciones de “Cambiemos” de que el Estado Provincial posee ahorros para enfrentar los gastos corrientes pudieran demostrarse públicamente, se atestaría un duro golpe a la confianza social del Gobierno de Alicia Kirchner. Los sindicatos estatales han resistido hasta fines de junio y todo indica que finalmente se alinearan al endeudamiento. Algunas fuentes confiables sostienen que el alineamiento es ficticio y que  la provincia les debe mucha plata a los sindicatos de los aportes que se les descuentan a los trabajadores lo que explicaría la razón de resignar reclamos salariales a cambio de «oxígeno para el funcionamiento de los sindicatos.

La mayoría de los Intendentes municipales y Concejos Deliberantes se enfrentan por primera vez a una situación de gobernar y legislar. Muchos intendentes se encuentran aprendiendo a gobernar y sus agendas no pasan más allá de intentar pagar salarios y atender dentro de sus posibilidades los mecanismos mínimos de baja recaudación. El gerenciamiento de los servicios básicos se encuentran en pleno déficit, y ni hablar del rol complejo que la realidad mundial y nacional le exige hoy a los Estados Municipales en materia de desarrollo económico local.

No endeudarse, supondría apelar -además del endeudamiento-  al aparato productivo de la provincia, el cual está lejos de vincularse al servicio de recomponer las finanzas del Estado en un corto plazo. Las dinámicas productivas de la pesquería, la minería, como pilares de obtención de renta vienen planchadas en el año en curso, salvo la excepción de la política petrolera que da señales discursivas de entender que será cooptada por Nación. La desinversión, los ciclos del mercado internacional y el propio clima de confianza social de la provincia y nación no prometen un semestre de crecimiento y obtención de recursos rápidos.

Las internas en el corazón profundo del FPV no promete líderes visibles con capacidad de mando y legitimidad ampliada. El propio Pablo González  se encuentra en una encrucijada hacia dentro del FPV y hacia el círculo íntimo del poder real del FPV. Mientras tanto el peronismo total (militantes del FPV y Justicialismo) se debaten entre la incertidumbre e internas superpuestas con la única intencionalidad de ganarle al FPV. La diversidad de fuerzas de “Cambiemos” siguen quedando en tensión con la realidad provincial de los ciudadanos al beneficiarse corporativamente con el ahogo “político” que vive el gobierno provincia. Esta campaña sistemática ha logrado exitosamente que el resto del país asocie a Santa Cruz con su obsesión por los Kirchner y la corrupción, sin tener en cuenta el daño que se  le hacen a todo el pueblo santacruceño; Mientras que el Massismo representado en fundamentalmente en Blassioto se ha transformado en una fuerza unipersonal, que más tarde o temprano terminará probablemente perdiendo una interna.

¿Cuál es la salida entonces ante la aparente crisis de la economía y la política hegemónica?

En principio existe un debate público que exige cualificar los argumentos de la diversidad de fuerzas políticas que conforman la institucionalidad del Estado. Esta última se encuentra cuestionada en todos sus niveles y cruza a todo el arco político.

La legitimidad de la palabra, también en crisis de confianza y de credibilidad, es reforzada por una opinión pública que sólo reproduce y no interpela creativa, ni críticamente. No ayuda a cualificar la política. Por un lado, están quienes se ocupan en sostener la agenda de la grieta, y los otros que reproducen partes prensa estatales y establecen en sus pueblos sus audiencias a través del morbo cotidiano de la inseguridad y los conflictos sociales derivados de la falta de política pública.

El lector de la opinión pública no encuentra coordenadas para planificar la vida cotidiana y los mensajes del gobierno de nacional de propiciar el ahorro, y ahorrar energía, suenan a ironía en nuestra Patagonia que en realidad sigue demandando más y mejor calidad de la política y de las instituciones.

Es claro que la ausencia de creatividad y acción hablan del fin de una época. La inexistencia de liderazgos con capacidad de conducción y ética para democratizar la sociedad esclareciendo y convenciendo no está presente. Estos últimos atributos también parecieran estar ausente en la democratización de la propia justicia provincial que no da señales de poder independiente.

Por Ignacio Guillotin para Observador Central

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