Año 7 / Edición XXXI / Patagonia Argentina / 26-07-2021 / ISSN 2422-7226
Por el equipo editor del Observador Central
Artista oriundo de la provincia de Santa Cruz recorre el país representando a la Patagonia a través de sus obras y desarrollando su talento.
Alan Robert Jones Williams, conocido artísticamente con el pseudónimo “Coral More”, tiene 24 años, nació en Río Gallegos, vivió 16 años en la localidad de Caleta Olivia y actualmente reside en Puerto Madryn. A partir de los 12 años comenzó a dedicarse al arte urbano y posteriormente se abocó a la producción de cuadros y murales, implementando distintas técnicas de composición visual. Desde niño, y a lo largo de su desarrollo como profesional del arte, fue adquiriendo numerosas destrezas para la elaboración de sus obras, las cuales hoy día se exhiben en distintas galerías del país. Gran parte de lo aprendido lo debe a su propia iniciativa y minuciosa apreciación de lo cotidiano, que le han dado las herramientas para crecer como artista y como persona, pese a esto nos comenta que según su filosofía no se percibe a sí mismo como autodidacta, estableciendo que “Uno no es autodidacta al 100% porque nosotros como seres humanos aprendemos del otro constantemente. Entonces al tomar un libro sabes que lo escribió una persona, lo hizo una persona, lo hizo un equipo y la persona que redactó o trabajó esto, que te está enseñando acá de manera directa o indirecta, está siendo tu maestro en ese momento, entonces uno no puede ser autodidacta al 100%. Pero si se entiende como autodidacta a la persona que tiene una disciplina, que busca la información. Si, en términos institucionales soy autodidacta”.
Entre otro de los tantos sucesos a los que atribuye su progreso como pintor, uno de los más relevantes fue su paso por la Escuela de Biología Marina y Laboratorista Nº 1 “Atlántico Sur”, de dónde proviene el origen de su nombre artístico. Sus años de estudio en el colegio técnico también le brindaron los recursos para pulir sus habilidades y la incorporación de nuevas técnicas “Estudiando en el Biología Marina aprendí mucho de lo que es el ‘Observar’ y el ‘Entender’, características también muy importantes para el arte porque el 80% del arte es saber observar, tener un detenimiento, tener una visión muy concreta, mirar, solamente mirar… El resto del 20% es solamente pura técnica, pero lo importante es saber mirar”.
Para este joven artista cada cuadro es un reflejo de lo que siente y observa, y busca llevar la Patagonia al mundo a través de sus obras. Según comentó al equipo, aunque no había planes de vivir en Puerto Madryn, ya que llegó con el propósito de cuidar a su abuela, en el camino esto se convirtió en una oportunidad: “Pensándolo desde mi carrera, es estratégicamente el mejor lugar de la Patagonia para hacer marketing y una carrera, sin tanto apuro pero tampoco tan quieta”. Resalta la versatilidad de la ciudad, “Es un lugar perfecto porque tenes muchos hoteles, mucho turismo, la temporada es prácticamente todo el año, porque en invierno tenes las ballenas y el verano de Madryn es impecable también”. Además agrega: “En el sur no hay muchas galerías, y la mayoría están metidas en los hoteles, nadie te avisa que hay una exposición de arte” en cambio, resalta que en Madryn, los turistas y cualquier persona pueden entrar y solicitar ver las muestras, lo que funciona como un espacio de venta propio.
Reflexiona sobre lo difícil que es para un artista mostrar cosas nuevas cuando no tiene un lugar, y a causa de esto es que comenzó a crear por sí mismo nuevos espacios, sin desmerecer los ya existentes pero aportando algo nuevo. Cuando no encuentra un espacio, lo crea, lo busca y de esa manera ha logrado continuar activo, también asegura que los cambios comienzan a verse progresivamente en la provincia y lo agradece: “Hoy podes ir a un hotel y te dicen ‘sí sí, tráeme un catálogo y lo mostramos’ ”. Resalta lo esencial de tener espacios y libertad para actuar, y sobre esto nos relata una de sus propias experiencias en Caleta Olivia donde agradece a quienes le dieron la oportunidad de vivir tan particular experiencia: “Pinté un cuadro en vivo y luego lo saqué afuera, lo quemé en vivo, hubo tambores, sobre la temática del fuego y la vida, y estuvieron los bomberos”. De igual manera, señala la importancia de desarrollar responsabilidad sobre las obras que se crean, afirmando que es muy importante elegir qué hacer y qué no, evitar que se use a los artistas, un artista debe ser serio y responsable en lo que profesa el trabajo y la carrera de uno, en el caso de que se haga un uso erróneo de la obra o se reciba un mensaje equivocado de la misma, el artista tiene la certeza de cuál fue su intención y mensaje real, pese a lo que los demás puedan interpretar.
Nos cuenta que su sueño es tener un museo, apunta a crear espacios donde los niños desde jardín puedan ver arte, ir a museos y que se les hable sobre Van gogh, Rembrandt y otros artistas de forma simplificada, para que ellos sepan que hay otras cosas en la vida además del ambiente politizado al que estamos acostumbrados en Caleta, “En realidad te explico, si vos tenes un nene y solo le das el panfleto de un partido político, cuando crecen solo van a ser políticos, porque es lo que se vive desde que te levantas en Caleta”.
Comenta que tiene programados varios viajes a distintas partes del país, con intención de marcar sus últimos movimientos dentro de la Argentina, para luego tomar otros rumbos en el exterior. También habla de su próximo libro, el cual tiene previsto exponer en Buenos Aires o Córdoba a principios del año 2022, al respecto menciona lo siguiente: “Va a estar interesante, son 12 obras que hacen una sola imagen, lo que va a hacer que sea coleccionable, que tenga una circulación propia, va a ser un libro muy finamente trabajado”. El proyecto tiene como fin la donación de gran parte de lo recaudado a apoyar la lucha contra el cáncer, en reconocimiento a aquellos allegados que aportaron a su carrera y batallaron contra la enfermedad, y que hoy día ya no están.
En cuanto a la interrogante respecto a si siente que la región está representada en su arte, nos comenta que es algo que siempre tuvo muy presente. Cuando se puso a hacer una revisión histórica de la zona, Alan, conoció la historia de sus tatarabuelos, colonos galeses que vinieron al país cerca del año 1865. “Mi tatarabuelo era una persona que amaba mucho la Patagonia, fue el primer contador y maestro gales aca en la zona en Chubut y él después llevaba toda la data de la patagonia a Estados Unidos y otros países dando a conocer la Patagonia”, y agrega “Entonces me pareció muy interesante esa conexión del pasado con lo que me dijo Pablito, unirlo y decir ‘bueno yo tengo acá toda la data del Sur, la voy a llevar otros lados’. En ese sentido sí es un arte un tanto regional”. En este contexto nos cuenta acerca de su arte “no es lo único a lo que hago bajada de data porque también decanto mucho la parte más interna mía propia, que no tiene que ver tanto con la Patagonia pero va todo unido”. Concluye Williams
Con respecto a las personas que lo acompañaron durante este recorrido de su vida y carrera, o como lo describe Alan “andando por el Planeta” decreta: “Siempre los tengo en cuenta a todos, pero principalmente siempre valoro los que estuvieron al principio, cuando no había nada, cuando todavía incluso salir a pintar en vivo en un restaurante era algo raro acá y hacer cuadros para locales era muy poco visto, más que nada en la zona de Santa Cruz”.
Como todo artista y persona que cursa una trayectoria profesional nos interesó saber acerca de las dificultades que se le han presentado hasta hoy, responde que hay una transversalidad con el tema político “Yo creo que el problema más grave lo he tenido de manera política, de trabas, también en relación a la zona, porque yo había salido con una visión de ‘Yo quiero vender quiero hacer arte, quiero venderlo a gran escala, como hacia Carlos Regazzoni’ ”. Recordándonos que Carlos Regazzoni era de Comodoro Rivadavia y terminó teniendo un castillo en Francia. “Cuando íbamos por la ruta con mi viejo para Pico Truncado me decía ‘¡Mira gringuito si un día terminas vendiendo pinturas como Carlos Regazzoni!’ ”, por tanto cuenta que es difícil imaginar algo como eso y después encontrarse con una realidad que representa trabas o exigencias en el sentido de cuánto debe valer su trabajo. “Entonces coparse con eso y después encontrarse con una realidad donde la gente te dice ‘¡¿Eh?! ¡¿Cómo vas a cobrar eso?! ¡No querés ser un artista de pueblo!’, y yo respeto las críticas, pero por otro lado el artista también vive de esto” comenta.
Agrega a modo de reflexión “Lo importante es siempre mantenerse firme y seguir el sueño, si vos tenes un sueño, si vos queres hacer algo lo vas a dejar todo por ese sueño” y la destacable incitación a perseverar. ”Constancia, seguir y no aflojar porque al fin y al cabo es tu vida y es lo que vos queres hacer, y a lo sumo te vas a morir haciendo lo que amas. Te vas antes, te vas después pero te fuiste haciendo lo que amas, ¿qué mejor que eso?”.