Otro 13 de diciembre (Día Nacional del Petróleo) cruzado por la incertidumbre y la tristeza a nivel local y regional: Cuando la historia nos enseña que no todo es lo mismo.
En 1907 y 1910 dos liberales “reformistas”, Figueroa Alcorta, primero, y Roque Sáenz Peña, después, tomaron decisiones desde Buenos Aires que fueron estratégicas para sentar las bases de la historia del petróleo estatal y de YPF en la Argentina. Uno, Figueroa Alcorta (1904-1910), apenas informado por vía telegráfica desde el pequeño pueblo de Comodoro Rivadavia, el 13 de diciembre de 1907, del descubrimiento de petróleo, determinó con celeridad y utilizando una ley de tierras de 1903 la creación de una “Reserva Fiscal” de 200.000 has. (110.000 en tierra) en torno al pozo descubridor en el marco jurisdiccional del Territorio Nacional del Chubut para evitar el avance y la intromisión de los grandes inversores privados y su trama especulativa con la solicitud de permisos de cateo en la zona y asegurar la continuidad de la exploración y perforación estatal. Otro, Roque Sáenz Peña (1910-1914), creó, el 24 de diciembre de 1910 la Dirección General de Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia y puso al frente de su gestión en la Comisión Administradora al Ingeniero Luis Huergo, para efectivizar sus objetivos y acentuar la acción desplegada por el Estado. El decreto definía un nuevo marco institucional para la explotación estatal de petróleo a la vez que estimulaba al nuevo organismo a producir y vender petróleo a otros organismos del Estado, principalmente a los buques de la Marina y a los ferrocarriles estatales que estaban siendo desarrollados en el territorio de la Patagonia Central, creados también durante estos gobiernos liberales en base a la Ley de Fomento de los Territorios Nacionales de 1908. Además mantenía bajo control fiscal a la mayor parte de la reserva que sería explotada por administración con un crédito destinado a cubrir gastos por la suma de quinientos mil pesos moneda nacional ($ 500.000 m/n). Estas determinaciones, sostenidas por el Poder Ejecutivo Nacional en cada uno de los casos y monitoreadas desde el Ministerio de Agricultura de la Nación fueron las que permitieron, pocos años después, desde 1922, la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y la etapa icónica del General Enrique Mosconi al frente de la dirección de la compañía entre 1922-1930. Sin el impulso inicial del liberal Figueroa Alcorta y del liberal Roque Sáenz Peña, nunca hubiera sido posible la existencia de YPF, ni la presencia histórica del petróleo estatal en Comodoro Rivadavia y la Argentina.
Hoy, en 2025, otro liberal, Javier Milei (2023-2027) ha determinado, a través del actual Director de YPF, Horacio Marín, que YPF, empresa mixta pero con mayoría accionaria estatal (51%) sólo buscará la rentabilidad a gran escala y retirará todas sus inversiones, y su presencia modélica de más de 118 años, de Comodoro Rivadavia y la Cuenca del Golfo San Jorge, su contexto de nacimiento, para trasladarlas a la explotación de petróleo no convencional en Vaca Muerta, Neuquén. Ahora parece que sólo rige la ecuación económica, se vende un área petrolera de muy alto valor en la explotación convencional, con records de producción, que YPF siempre gestionó dentro de la Cuenca, Manantiales Behr, y se abandona el que fue el primer yacimiento petrolero estatal de la Argentina y cuna de la historia del petróleo fiscal, dejando pasivos ambientales, costos sociales y un gigantesco vacío simbólico en estas comunidades locales y regionales. Parece que los 500 millones de dólares, valor del Área de Manantiales Behr y las inmediatas proyecciones de rentabilidad de “petróleo shale” en Vaca Muerta son mucho más importantes que el legado y la presencia de más de un siglo con proyecciones en la vida económica, laboral, social y cultural en estas tierras.
En síntesis: A principios del siglo XX, un liberalismo argentino, el de Figueroa Alcorta y Roque Sáenz Peña, con visión pragmática y nacional, sin caer en la dicotomía Mercado vs Estado, sino alentando la sinergia Mercado + Estado, enfrentando incluso la resistencia de varios de sus propios sectores partidarios en el Congreso Nacional y parte interesada de la opinión pública, fundaron las bases constitutivas del petróleo estatal que después se proyectaron en YPF. Hoy, 118 años, después otro liberalismo argentino, impregnado de un fuerte fundamentalismo privatista, sin capacidad de entender el valor estratégico que el Estado puede desempeñar en una economía de mercado y sin visibilizar el peso de la historia en las distintas regiones del país alienta, promueve y define la desaparición de YPF del territorio que lo vio nacer por la búsqueda sólo de la rentabilidad inmediata y cortoplacista en otras áreas. La historia nos enseña que: No todo es lo mismo…