La naturaleza es sabia, nunca deja nada librado al azar. Será por ello que en lugares inesperados, emerge con fuerza para dar curso a la vida. Una especie declarada en peligro de extinción como los lobos marinos, han devuelto a la costa sur de la ciudad de Caleta Olivia un paisaje diferente, dónde lugareños y visitantes contemplan como una obra de arte de frente al mar patagónico.
(Año 1/ Edición Nro. 34/ 23 de Febrero de 2015/Caleta Olivia)
Ubicada en el extremo sur de la localidad de Caleta Olivia, a solo diez kilómetros del centro urbano, siguiendo la Ruta Nacional Nro. 3 se encuentra inmerso en un paisaje puramente costero “La Caleta”. Una colonia de lobos marinos de un pelo que en los últimos años se ha instalado como un paso obligado de los turistas que transitan por vía con destino al sur.
En la zona costera, dónde transitan pescadores, visitantes y amantes de la naturaleza pasan sus días entre 300 y 600 lobos marinos, como así también aves marinas entre los que se cuentan gaviotas y cormoranes.
En cercanías del Puerto que recibe el nombre de “Caleta Paula”, por el borde costero de la ciudad, estos maravillosos mamíferos con una presencia histórica en la región se aventuran con su aspecto magistral brindándole al paisaje natural cotidiano un aire diferente. Es que producto de que esta especie se encuentra en peligro de extinción, en el año 2008 el espacio costero dónde se apostaron los lobos marinos, fue declarado Reserva Natural Municipal, mediante la Ley 3028/08 con el objetivo de resguardar y proteger la especie.
Los lobos marinos de un pelo, son también conocidos como ‘leones marinos’ ya que se caracterizan por poseer una melena alrededor de su cuello. Pertenecen al grupo de las focas, como pinnípedos que significa que tienen su píe en forma de aleta. Se puede descartar además, que poseen un cuerpo cónico, cabeza fuerte, hocico corto y levantado, con grandes bigotes (bidrizas) y una dentadura que puede ser feroz. Sus miembros anteriores y posteriores les dificultan el andar por tierra pero son ideales para nadar.
Apostadero de Lobos Caleta Olivia – Fotografía Gentileza Hada Valdebenito Obrador
‘Danza con lobos’
Entre las piedras saladas por el mar, ya sea con viento, lluvia o grandes fríos, esta Colonia de Lobos Marinos permanece apostada al borde costero como dignos protagonistas que nos recuerdan la histórica “Lobería” ubicada a 35 kilómetros al norte por la misma Ruta 3; es que a principios del Siglo XX, ese lugar fue testigo de una matanza de lobos para extraerles la grasa y el cuero con destino comercial. En ese entonces se trataba de una extensa lobería mixta, ya que se componía por lobos marinos de uno y dos pelos. Se conoce que la actividad de la factoría lobera inicia en 1923, y que se llegaban a faenar unos 10.000 lobos por año. Por lo tanto, hacia fines de la década de 1940, el número había descendido abruptamente, llegando en poco tiempo a su exterminio casi total.
Apostadero de Lobos Caleta Olivia – Fotografía Gentileza Hada Valdebenito Obrador
En cuanto a La Lobería, que es un paraje en la Costa Central del Golfo San Jorge, característico de estos mamíferos, se constituyó inicialmente como una pequeña casilla de material, usada por cazadores, quienes popularmente era conocidos como “loberos” para refugiarse del clima. La misma fue destruida en la década de los ’90 por la acción de la erosión marina. Luego de la prohibición de la explotación, se convirtió en paso obligado de arrieros y camioneros que transitaban por allí.
Pero la naturaleza es sabia, resiste a pesar de los embates y masacres. Y a pesar de la caza indiscriminada de esta especie animal, los lobos se han apostado en la “La Caleta” y en la actualidad nos brindan un majestuoso escenario, dónde danzan, cantan y juegan en su hábitat natural.
Del Equipo Editor de Observador Central
