Año 7 / Edición XLVII / Patagonia / 15-11-2021 / ISSN 2422-7226
Por Javier Palma para el Observador Central
Hace poco tiempo la juventud del mundo viene mostrando cierta inquietud y malestar en cuanto al presente que les toca vivir, juventud que amanece con otras lógicas y otras mentalidades, luchando contra un sistema impuesto, contra la creencia de que la política es un ambiente ruin, y donde los intereses económicos y políticos, avanzan en detrimento de la naturaleza.
El calentamiento global es un fenómeno que se viene haciendo presente hace varias décadas en latinoamérica, y las consecuencias de estas altas temperaturas traen consigo una serie de amenazas que ponen en riesgo a los países de la región, como incendios, sequías, huracanes y hasta la proliferación de enfermedades como el dengue.
En una región vulnerable a la violencia ambiental como es Latinoamérica, en donde se poseen escasos recursos para hacer frente a este fenómeno, más aún a los sectores relegados a los que de forma pasiva, se les hace espectadores sin derecho a participar de los ámbitos de decisión. Así, niños, niñas y adolescentes que se ven afectados, en su desarrollo y bienestar; están alzando las voces y exigiendo que sean tomados en cuenta como los futuros agentes de cambio que son.
Dada la infinidad de estudios que existen alrededor del mundo sobre los efectos del cambio climático, y más precisamente sobre el calentamiento global, han sido suficientes para corroborar que las decisiones que se vienen tomando a lo largo de muchos años, no han sido del todo acertadas, y merecen una respuesta inmediata.
Al día de hoy los jóvenes traen la esperanza del porvenir ya que, contrario a los referentes de la economía mundial que traen consigo un paquete de negacionismo y promesas para con la alarmante situación planetaria, siguen apostando al futuro y no están dispuestos a ceder al aquí y ahora.
En este sentido, estamos vivenciando el auge de ONG ‘s ambientalistas como Jóvenes por el clima, una organización federal nacida en febrero del 2019 y que posee representación en todas las provincias siguiendo las problemáticas locales.
Ponen de referencia a la búsqueda de un ambientalismo popular y latinoamericano, el cual debe tomar en cuenta a las personas reales y que entienden que las transformaciones vienen de abajo hacia arriba y que suceden cuando hay millones de personas movilizándose en las calles. Este movimiento comprende que lo principal de la crisis climática y ecológica es que profundiza las desigualdades sociales existentes y en ese sentido, se necesita que los sectores que más sufren de la violencia ambiental, sean los que lideren los espacios de lucha.
Esta ONG busca junto a sindicatos, movimientos sociales y ambientales, instalar un plan de desarrollo integral en el que se reactive el aparato productivo y la elaboración políticas pertinentes a la justicia climática. Entre algunas de las medidas que se trabajan, se encuentran la Ley de Humedales, Ley de reciclaje integral e implementar de forma efectiva la ya sancionada Ley de bosques.
Fuente: Portal web del ministerio de cultura/jóvenes por el clima/Unicef.
