Caleta Olivia, 07/07/2014 07:00 am
En nuestro país en estos últimos tiempos se han producido importantes avances en materia de responsabilidad social empresaria, de manera incrementada las compañías, pymes y organizaciones enfocan su trabajo contagiando a sus colaboradores, organizando equipos de trabajo e invirtiendo más allá de una mera filantropía en planes de responsabilidad social y en materia comunicativa que tienden a la sustentabilidad; no solo de acciones sociales y al involucramiento comunitario sino a convertirse en empresas comunicacionalmente responsables con su entorno.
De tal modo la ética, la responsabilidad, la coherencia, la transparencia hacen que la comunicación se vuelva también sustentable a la vez que permite la legitimación de los receptores en estos tiempos no sólo en empresas que deben convivir como un actor más de una comunidad sino también respecto a los medios de comunicación que eligen para informarse día a día de la realidad que les toca vivir.
Es esperable que los diferentes medios de información actúen como actores vinculados y promotores de generar este nuevo modelo de paradigma y que además de educar e incorporar hábitos de comunicación responsables gestionen en todos los espacios y públicos a los cuales se dirigen prácticas socialmente responsables.
Dentro de este contexto, la comunicación responsable juega un papel protagónico, desde los espacios comunicacionales debemos promover la práctica de la autorregulación responsable, siempre en pos de promover los valores éticos y sobre todo la libertad de expresión…no solo de los medios de comunicación sino de los principales protagonistas de la noticia “las comunidades”.
Serán los mismos públicos o receptores lo que sabrán elegir aquellos medios socialmente responsables no sólo porque empiezan a ser tenidos en cuenta por su comportamiento y claridad para comunicar sino que los conceptos de RSE de a poco van siendo incorporados a través de la docencia y se tienen lectores preparados no solo con sentido crítico y objetivo sino también con valores legitimados como la transparencia, ética, bien común y desarrollo sustentable.
