Año 7 - Edición semanal - ISSN 2422-7226

Los indecisos que pueden definir gobernador en la provincia de Santa Cruz (Parte II)

ISSN 2422-7226

(Año 4/ Santa Cruz/ 29-07-2019/ ISSN 2422-7226)

En nuestra nota anterior, señalamos que las elecciones a Gobernador para el año 2019 presentaban a la ciudadanía un inédito escenario de final abierto. Sugerimos que final abierto, coincide con el fin de ciclo generacional de dirigentes históricos a la vez que ingresan a la escena nuevos aspirantes que deberán sepultar la ley de Lemas que se agota definitivamente.  Hoy quiero comentarles por qué considero que los denominados indecisos pueden jugar un papel importante en la definición de los resultados electorales del próximo 11 de Agosto.

En público o privado, en todos los sectores de la democracia se asume que “esta elección viene muy pareja”. Se  estima que un 11% es indeciso en la Provincia de Santa Cruz a menos de dos semanas de elegir Gobernador. Nos ocupamos de consultar a una importante cantidad de ciudadanos de la Provincia, lo hicimos considerando sus niveles socioeconómicos, instrucción y lugares de residencia. Muchos de ellos resultaron asumirse como indecisos, y muchos otros, que asumieron que tenían su voto definido, se animaron a opinar sobre los indecisos.  En consecuencia, a todos y todas: “muchas gracias”.

Una definición inicial

Varios consultados nos propusieron considerar la definición que sugiere Google y que afirma que los indecisos son“aquellas personas que teniendo intención de acudir a las urnas, no tienen decidido todavía el sentido de su voto, o se niegan a declarar el sentido de su voto futuro, en parte porque estiman que el voto es secreto, en parte porque sienten rubor a confesar su voto a determinadas opciones o líderes políticos (“voto vergonzante”). Si bien en esta definición se incorpora a la definición de indecisión, la del voto “vergonzante” que no se declara por rubor,   la idea es ilustrativa para introducirnos a  entender  cómo se percibe la indecisión  en la Provincia de Santa Cruz.

En nuestro relevamiento, obtuvimos una diversidad de perspectivas que refieren a distintos tipos de reflexiones y sentidos prácticos, sociológicos y de contexto histórico. Las perspectivas psicológicas aportaron como idea que debíamos comprender que el argentino actual es sociológicamente indeciso; varios entrevistados manifestaron que la indecisión  se debería a la degradación del sistema democrático que se expresa en una sentencia: “…la inexistencia de compromiso partidario de los propios líderes ha sido la constante, por lo que no se le puede pedir al militante compromiso partidario”.

Grieta y bipartidismo

Asumiendo que la indecisión es un comportamiento reciente de la sociedad democrática, varios consultados sostuvieron que la incidencia de la grieta y el bipartidismo en Santa Cruz explicarían a los indecisos:“la grieta está muy instalada”. Las opiniones vinculadas al Macrismo como responsable adhieren a la tesitura  de que el indeciso es porque  “mira medios oficialistas”;  o arrastra “…desilusión con Macri y no quiere la soberbia de Cristina”; “No creemos en ninguno ..a Costa lo arrastra Macri y a Alicia, el desgaste”; “… entregarle a una tercera vía que no existe no tiene sentido” expresaron quienes desde la desesperanza se quedan dentro del  Bipartidismo.En relación con la degradación de la democracia se manifestaron expresiones tales como “…luego las transformaciones ideológicas y electorales que han culminado en la “grieta” -que no solo divide-  sino que a la vez aleja de las formas que asume la política… la indecisión es su consecuencia…”. Atendiendo al contexto político nacional, la indecisión provincial se explicaría además  por la   incertidumbre de no tener una orientación acerca de lo que pueda resultar entre la disputa Macri-Pichetto y Fernández- Fernández, con la única certeza: “….la falta de conexión con el Ejecutivo Nacional limitaría el crecimiento de la Provincia, y de que esto ocurriría de vencer la primera fórmula a nivel nacional…”.  Una perspectiva evolutiva de la cuestión nos señaló que todavía no estamos capacitados para construir fuerzas políticas superadoras de la grieta, y que esta “…apunta al presente continuo o al futuro reciente y no apunta a la construcción de un futuro duradero en el tiempo, al mediano y al largo plazo…”.

La desconfianza en la democracia y en el sistema de representación

La clase política ha perdido la credibilidad- “lo más potable no gana”- no hay una racionalidad política de satisfacción “llegan al poder, roban tres años,  seis meses antes hacen magia y aparece la plata”. Así es el ciclo que culmina en que:“…todas las veces salí decepcionado sin importar la fuerza política a la que representan”; “…mata la desesperanza..”“no hay  credibilidad…”; “…me he sentido estafado moralmente…”;“…el militante no encuentra coherencia en el armado de listas… los de cuna peronista o radical…no sabemos a quién votar—estamos pensando votar en blanco… en mi casa son 6 votos y no sabemos a quién votar…” Esta cita se referencia claramente con el hecho de la degradación de la representación en la que incurren todos los partidos políticos; perspectiva que es reforzada con el siguiente argumento “…el que tiene cuarenta años o más, vivió la cultura de los bloques partidistas que se expresaban en listas sábanas con representantes exclusivos de partidos” hoy esto ya no existe.

La indecisión del voto joven

La indecisión del voto “joven” aparece asociada al desconocimiento de la utilidad del voto para cambiar su propio futuro. Opiniones de alto valor agregado sostuvieron que hay generaciones que no han visto militar a sus padres; otros sostienen que: “…ven candidatos y descalificaciones, ven fragmentos de contenidos que entusiasman”, pero entre estos contenidos no interesa “la cultura del trabajo, ni la producción”;  “…saben que deberán participar, pero no saben en quien creer”; “…los jóvenes tienen déficit en la calidad de información…confusión…”;  “…no tienen conciencia del poder del sufragio y no les interesa”. En relación con los nuevos votantes, también se destacaron perspectivas que habla de “sobredosis de mensajes cruzados”, “promesas”, “descalificaciones” que genera “saturación” y que  produce confusión generalizada. Esta realidad se elabora y experimenta sobre todo a partir del uso de las redes sociales que expresan lo fugaz y volátil de la información sin que en los mensajes comunicacionales de los candidatos se encuentre proyectos de  “…20, 30 años y no al año que viene, que no les garantiza ninguna seguridad de nada…”

 El miedo en la cultura política: “lo viejo y lo nuevo”. 

“Un alto porcentaje (de los electores)tiene un sueldo provincial o municipal”sostiene un empleado público y aseguró que se trata de no exponerse, ni manifestarse porque  “el sistema es vengativo”. Otro de nuestros consultados aseveró que con miedo o sin miedo “… seguiré  pasándola mal…” por eso “no sé a quién votar”.  Varios asumieron en sus reflexiones que el miedo habla de pasado o futuro; del rencor y la memoria. Varias representaciones asumieron que no hay convicción en un modelo de política, se habló de estar “…cansados de confiar”; “…descreimiento por tantas promesas incumplidas”, de exceso de conocimiento de los políticos viejos (faltantes de compromisos probados) y desconfianza respecto de si lo nuevo es mejor. Una tendencia muy marcada señaló que la oferta electoral no cumple las expectativas, se asumió que estar indeciso es por no ver liderazgos, por no encontrar propuestas claras, ni visibles de calidad y en profundidad. Este punto de vista también sostiene que al no sentirse representado por la oferta de los candidatos“…muchos terminan optado por el menos malo”; “… el más lindo”; “…el más simpático”.Expresiones más crueles señalaron que las  ofertas son  tan “light” que la presentación marketinera es difusa, confusa, difuminada, para que no se note precisamente el  sustrato ideológico que subyace al modelo de sociedad que propone el candidato.

Tipología de los indecisos Santacruceños:

El indeciso ignorante: Aquí se deben entender tres percepciones: el ignorante que ignora en un sentido no peyorativo; el ignorante visto en un sentido peyorativo y el que ignora por desinterés. Es en el primer tipo que encontramos clara referencia a la falta de formación cívica no tienen formación ni conocimiento en política, menos en entendimiento de las ingenierías electorales”.Se observan cuatro comportamientos sociales: a) desvalorización: “su voto no vale un carajo”, se trata entonces de falta de formación, no de información. La connotación negativa descalifica al indeciso con referencias “…vive en un termo”, “…es un “ente”; b) inseguridad /No convicciones firmes;  c) una tercera referencia los identifica con que es responsabilidad de “la gente” el desinterés, “…no le importa”; “…son indiferentes”, “les falta motivación para informarse”, “no saben a dónde quieren ir”; y d) Indiferencia/falta de motivación para informarse: tiene que ver con el poco nivel de información en una parte de población y el nivel de desencanto en la otra.

El indeciso de discurso y oportunista: Se trata de quienes buscan “negociar” su oportunidad de acceso o relacionamiento con algún candidato que puede llegar a ganar. Estos pueden ser seguidores de encuestas de quien “piensa votar al que va a ganar”; son los de la última semana; son los que ocultan o pueden declarar su   decisión a medias y la disimulan  hasta el día de la elección. En este subgrupo se encuentra quien le dice a todos y todas  “…cuentas con mi voto”. Esto puede ser un sentimiento real, porque todos lo satisfacen, pero sabe que uno sólo llegará.  El discurso oportunista es estratégico “no quiere decir a quien va a votar…pero ya lo tiene totalmente decidido”, “…indecisos somos todos…es muy argentino…salvo en el amor”, “... hay algunos que declaran muy fuerte su candidato y luego en el cuarto oscuro votan otra cosa…”, “.. el voto es secreto… siente rubor de confesar su “voto vergonzante” sentenció una ciudadana.

El indeciso real/ el indeciso empoderado: El indeciso que se siente y piensa formado cívicamente, sabe que no tiene opción posible y sin embargo le entusiasma votar. Es quien se siente dueño de cambiar la historia  en la política a través del poder individual que le otorga su voto. Se trata de alguien que se encuentra realmente calificado y formado, en algunos casos le demanda formación a los candidatos “no hay seriedad en la formación que representan”.Son también quienes pueden efectivamente  abstenerse de concurrir a  votar y/o terminar votando en blanco porque “… no sabe quién si esconde detrás”sentenció un ciudadano. En esta misma línea de pensamiento se ubican quienes piensan que a ellos y a muchos ciudadanos le molestan las campañas testimoniales y engañosas y por lo demás “no se bancan los suplentes”. Otros piensan que al tratarse de una elección de final abierto “…esta elección va a redimir muchas cosas y exige tomar decisiones…”. El indeciso que se siente formado opina “los santacruceños no cuestionan la falta de proyectos concretos de crecimiento y desarrollo”.

 ¿Cómo se pasa de la indecisión a la decisión?

Múltiples puntos de vista reflejaron que en esta campaña el candidato debe empezar por “gustar”. Las intenciones que pueden definir el voto entre nuestra tipología propuesta incluye desde lo estético, simpático, gustar por como habla, hasta el marketing de sus propuestas que logre penetrar en las necesidades reales de los ciudadanos.La principal conclusión es que quienes declaran estar indecisos no revelan su pensamiento profundo de lo que piensan. Estos actúan ante la invasión de candidatos, amigos o parientes  monitoreando a lo más nuevo, pues se asume que “…los muy conocidos no tienen indecisos”, dicho esto último en el sentido de que se está a favor o en contra de ellos, y  con firmeza, por el hecho de ser conocidos precisamente.

Quienes más creen “saberla” aseguran que la decisión vendrá finalmente por la influencia o consejo de algún familiar o amigo, pero siempre persistirá la decisión en función de las necesidades profundas y existenciales que tenga el ciudadano. “…si dudas, existís; si existís, pensás; si pensás, dudás; y si dudás, no te convence nadie…”. Ahora bien, lo profundo y lo existencial ¿quién lo puede ofrecer en esta elección?.De lo filosófico al sentido práctico: todo indica que hay que ir por el indeciso, incluidos a los que están dentro del propio sector político que podrían votar por el adversario. Quienes quieran trabajar sobre los indecisos saben que tienen que enseñar en menos de diez días a cortar o armar boleta antes de llegar al cuarto oscuro; saben que tienen que apelar a llevar esa boleta fragmentada hasta el cuarto oscuro sin que se pierda en el camino.

Por MPG  Empoderar RS

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