“No creo haber visto en mi vida lugar más aislado del resto del mundo que esta grieta rocosa en medio de tan extensa llanura” con esta frase es así como inmortalizó el descubrimiento de este sitio el naturalista Charles Darwin al que luego se lo llamaría “Miradores de Darwin”; un lugar enigmático en las cercanías de Puerto Deseado y que Observador Central presentará a los lectores como una propuesta para más para conocer en estas vacaciones.
(Año 1 /Edición Nro. 29 /19 de Enero 2015/ Puerto Deseado) Enmarcado en el cañadón de la ría Deseado, es el mejor de los contextos para los paseos más increíbles que cualquier turista haya imaginado hacer en su vida; una combinación ideal entre naturaleza e historia. Es este uno de los lugares en donde se rememora el trayecto que hizo Darwin por esta Costa hace muchísimos años, donde la experiencia allí vivida, de este modo, le serviría posteriormente para fundamentar su teoría sobre la evolución de las especies.
MIRADORES DE DARWIN PUERTO DESEADO
Desde la soledad y la inmensidad del espacio, el silencio se asemeja a un mundo en proceso de gestación, un regreso al origen, en donde el turista puede ser el espectador de un paisaje detenido en el tiempo en épocas de formaciones geológicas. Los afloramientos rocosos, en conjunto con el Río Deseado, conforman la perfección de este panorama paisajístico permitiendo, de este modo, observar los meandros del Cañón del Deseado.
La huella que dejó Darwin…
El científico evolucionista inglés llega a este sitio en el año 1833, a bordo de su nave hidrográfica Beagle, tras remontar la ría Deseado y entrar al agua del río dulce, en esa misma ría donde hoy se realiza ese circuito en botes semirígidos, más un trecho de caminata de baja dificultad.
El recorrido de Darwin incluyó a un grupo de hombres a bordo de una pequeña embarcación que les permitió observar que en el lugar hubieron varios hundimientos geológicos; así lo demostró la estratigrafía de las paredes verticales de la ría que nos hablan sobre la cantidad de veces que la región estuvo sometida a este movimiento de isostasia (hundimientos).
Por otro lado, también imaginó este sitio como un ambiente menos hostil, un pasado geológico no tan lejano habitado por grandes manadas de mamíferos prehistóricos pastando en suelos que hoy no son tan fértiles. Desde los miradores de Darwin puede verse también el fabuloso Cañón del Río Deseado; en la zona, además, hay una cueva donde pueden verse pinturas rupestres, así como también se detallan pictografías de los primeros habitantes.
¿Cómo llegar?
Una posibilidad de llegar al lugar es por vía terrestre, el recorrido se extiende por 56 kilómetros de rutas asfaltadas y de tierra (la Ruta Nacional N°281 y la Provincial N°47) desde Puerto Deseado. Al llegar a la localidad de Tellier se toma la segunda entrada, hasta arribar a la estancia La Aurora, donde los turistas deberán pagar un peaje para poder continuar.
El recorrido por la ruta ofrece el acompañamiento al lado del camino de aves rapaces, choiques, guanacos, liebres, piches, entre otros. Asimismo, caminatas entre dunas de canto rodado conducen al punto exacto desde el que se ve hacia el norte el fin de la ría y hacia el sur el nacimiento del Río Deseado. (1)
Pero también puede hacerse esta travesía por vía acuática. El primer paso es adentrarse hacia el corazón de la ría, accidente geográfico único en América del Sur; este nace cuando el río Deseado cambia su vertiente hacia el Pacífico y abandona su lecho, que luego es invadido por el mar. Desde cualquier punto panorámico de la costa de la Ría Deseado, se puede apreciar cómo un gomón semirrígido se abre paso a navegar en las aguas turquesas, permitiendo una travesía que lleva a tener un contacto cercano con los animales acuáticos, los cuales son parte del reservorio de fauna marina, entre los que se destacan pingüinos, toninas, lobos marinos de un pelo, y aves cormoranes de pico rojo, una de las especies más hermosas de todas las que existen en el lugar.
CORMORÁN DE PICO ROJO PUERTO DESEADO
Por todo lo anteriormente mencionado, los Miradores de Darwin invitan a turistas y a visitantes locales a deleitarse con este paisaje, con el aire puro que circula entre sus formaciones rocosas, y con su fauna marina, que otorgan no solo una bella vista, sino un ambiente de paz y tranquilidad con el más ínfimo contacto con la naturaleza.
Por TJZ para Observador Central
Agradecemos la gentileza del fotógrafo Juan Pablo Pereda por la imagen de portada (para mayor información, consultar www.pereda.com.ar)
(1) Si desea solicitar información específica de cómo llegar a este destino puede dirigirse a la Sub. Secretaría de Turismo. San Martín N° 1525. Tel. +54 0297-4870220.
