Año 7 - Edición semanal - ISSN 2422-7226

CAMBIO CLIMÁTICO: Sucesos territoriales y la agenda 2015-2030

ISSN 2422-7226

Año 7 / Edición XXXVI / NorPatagonia / 30-08-2021 / ISSN 2422-7226

Por el equipo editor del Observador Central

FENÓMENOS EN NORPATAGONIA

El pasado nueve de agosto el Gobernador por la provincia de Neuquén, Omar Gutierrez, declaró Emergencía Hídrica, Productiva y Agraria en todo el territorio mediante el decreto provincial N°1379/21 por un lapso de 180 días, dadas las escazas precipitaciones pluviales y níveas en zonas de Cordillera, las que afectarían  directamente a la cuenca de los ríos Limay, Neuquén y Negro, la AIC (autoridad interjurisdiccional de cuencas) alertó sobre el bajo nivel de agua, en lo que el representante de Neuquén en la AIC, Elías Sapag, declaraba el 26 de julio en el programa radial “Vos a Diario” de Río Negro (89.3). «Venimos de 12 años de sequía y este 13° año en diferencia con el año anterior nos ha colocado con 4 mil millones de litros menos, 4.000 hectómetros menos, un Cerro Colorado menos», por su parte, el Comité de emergencia hídrica social y productiva conformado por el Ministerio de economía e infraestructura, energía y recursos naturales, entre otros, serán los encargados de llevar acciones conducentes a mitigar los efectos de la crisis.

En este plano de déficit hídrico las autoridades de ambas provincias buscarán regular y priorizar el uso del recurso, netamente para actividades de ciudad, riego e industria.

Cabe destacar que el representante por Neuquén de la AIC, hacía alusión a que “estos no son hechos aislados”, refiriéndose a que el cambio del clima es un hecho, un ejemplo de ello son la falta de lluvias, que en este caso sería lo que nos toca en esta parte del mundo, teniendo en cuenta también lo acontecido en otras latitudes del globo, como inundaciones en el Noreste de los Estados Unidos, sequías en Medio Oriente e incendios en España.

A NIVEL INTERNACIONAL

A 20 años de comenzado el nuevo siglo, y proporcional al paso del tiempo, es observable el aumento del nivel de riesgo que poseen ciertos fenómenos naturales para la sociedad en su conjunto, esto se ve plasmado en el concepto de “la sociedad de riesgo” escudriñado por el sociólogo Aleman Ulrich Beck hace más de 20 años, donde éste plantea el germen de amenaza que representa la sociedad por su modo de habitar. Aproximándonos a la idea, es posible hacer un análisis de ciertos eventos ocurridos en el planeta en el transcurso de los últimos meses, como la sequía del Lago Urmia en Irán, los incendios en Australia o lluvias e inundaciones récord en Baviera, sur de Alemania, con resultados desastrosos. Es necesario comprender, que el resultado del “desastre” es precedido por el nivel de Riesgo que posee una población y éste, a su vez, toma en cuenta dos variables: Grado de amenaza natural o antrópica a la que esté expuesta dicha población y el Grado de vulnerabilidad. Podríamos así incurrir que, a cada hora y a cada día, sin gestiones integrales por parte del Estado que puedan prever o, en el mejor de los casos, prevenir ciertas desgracias, muchas veces nos vemos expuestos, como población, al inminente desastre. He aquí, los momentos donde quedan reflejadas las acertadas o no tan acertadas políticas y formas de integración de la sociedad y su capacidad de resiliencia.
Al calor de estos sucesos sincrónicos y entrelazados entre sí, en una recapitulación de dos décadas las Naciones Unidas a través del CRED (centro de investigación sobre la epidemiología de los desastres), realizan un registro de eventos, emitido por UNDRR (Oficina de las Naciones Unidas para la reducción de riesgo de desastres).

En contexto, son cuantiosas las cifras que se representan en desastres a nivel global y las consecuencias en pérdidas de vidas humanas, económicas y sociales; observables en evolución, de modo que las entidades no gubernamentales se propusieron en el primer acuerdo importante de la agenda de desarrollo post-2015 en Sendai, Japón, llevar mediante los estados miembros acciones concretas, a través de PPP (planes, programas y proyectos) para proteger los avances en el desarrollo del riesgo de desastres.

En el marco de Sendai para la reducción de riesgo de desastres, como quedó sentado e impulsado por las Naciones Unidas, opera de la mano con otros acuerdos de la agenda 2030, incluido el acuerdo de París sobre el Cambio Climático, así este acuerdo voluntario y no vinculante reconoce al Estado como actor fundamental para la reducción del Riesgo de desastres, en responsabilidad con el sector privado, comunidad científica, administraciones regionales y ONG’s entre otros actores primordiales.
Las siete metas del Marco de Sendai se centran en reducciones sustanciales de: (a) la mortalidad por desastres,(b) el número de personas afectadas, (c) las pérdidas económicas directas y (d) la reducción de los daños a la infraestructura esencial y la interrupción de los servicios básicos. También se procura aumentar considerablemente: (e) las estrategias nacionales y locales de reducción del riesgo de desastres para 2020, (f) la cooperación reforzada con los países en desarrollo, y (g) un aumento sustancial de los sistemas de alerta temprana de amenazas múltiples, la información y las evaluaciones del riesgo de desastres.

En estos tiempos donde se manifiesta y se vuelca directa e indirectamente la acción de la sociedad sobre nosotros mismos es menester el poder dilucidar estos procesos, y como agentes de cambio, en cada localidad y región, poder integrarse a nuevas formas de pensar, relacionarnos y habitar.

Fuente:  Portales de noticias Web “Río Negro”, 26/07/2021- «LM Neuquén” 11/08/2021- “Rio Negro” 27/08/2021-el costo humano de los desastres”, UNDRR-CRED, 2000-2019- con excepción de los desastres biológicos y tecnológicos

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