Año 7 - Edición semanal - ISSN 2422-7226

Una Cátedra sobre Responsabilidad Social centrada en los impactos colectivos

ISSN 2422-7226

(François Vallaeys en la Argentina. Entrevista exclusiva)

En nuestra región patagónica la Responsabilidad Social (RS) en general y la Responsabilidad Social Empresarial  (RSE) en particular, están muy lejos del campo práctico del mercado y de las Universidades. Mucho más lejos está de ser transmitida con precisión conceptual desde el campo educativo hacia las nuevas generaciones de ciudadanos. Cuando la RS es puesta en los discursos, se nos presenta confusa y asociada a visiones fragmentadas de donaciones u obligatoria por coerción estatal. En esta entrevista exclusiva que nos brindó François Vallaeys nos revela un  enfoque reflexivo centrado en la acción personal y la necesidad de una ética que sea consciente de los impactos que la ciencia ocasiona sobre la naturaleza. El autor propone que se hagan visibles los actos de quienes producen impactos sobre el planeta; la invitación es pensar la sociedad, el mercado y la Universidad como agentes/actores que deben involucrarse en la institucionalización de un ecosistema de la Responsabilidad Social.

(Año 1 /Edición Nro. 35/ 02 de Marzo 2015/ Buenos Aires)

François Vallaeys es Filósofo especialista en ética aplicada a las organizaciones. Se desempeña como profesor de Filosofía en la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú) y Consultor en temas de Responsabilidad Social Universitaria en la Iniciativa Interamericana de Ética, Capital Social y Desarrollo (BID). Se destaca además como asesor del Observatorio Regional de RS para América Latina y el Caribe ORSALC de la Unesco. Observador Central dialogó con él sobre los nuevos paradigmas de Responsabilidad Social en las organizaciones, en la sociedad y en las Universidades.

Para nuestro entrevistado, no hay nada más importante para la práctica que una buena teoría. A modo de ejemplo introductorio nos señala que existe en estos tiempos una corriente en Europa denominada “institucionalista”; es decir, una corriente en que la Responsabilidad Social es  conceptualizada como un asunto de “políticas públicas”, en esta visión es que se necesitan aportes teóricos y académicos para demostrar que la Responsabilidad Social es más que “fairwashing” (lavado de imagen o doble discurso).

Ha sido esta premisa  informativa que nos llevó a preguntarle a François Vallaeys ¿Cómo debemos entender la  relación entre lo individual y social de la denominada Responsabilidad Social? Quién nos invita inmediatamente a repreguntarnos ¿Dónde estamos en nuestros actos? Nos señala que ser responsable ¡es justamente eso!: responder ante nuestros actos e impactos. Es que estamos en la insostenibilidad  planetaria de lo que se conoce como “desarrollo”. Transitamos tiempos en que la responsabilidad de la ciencia se vuelve primordial; luego también se vuelve primordial la responsabilidad de la universidad. Hoy en día, la ciencia tiene que responsabilizarse por lo que ella misma ha creado. Estamos en un mundo cada vez más desigual e injusto, así como insostenible, aunque conocemos perfectamente qué se debería hacer para un desarrollo sostenible y equitativo.

El Consultor Internacional en Responsabilidad Social Universitaria nos introduce conceptualmente en un cambio de definición de la RS: una primera definición de Responsabilidad Social de la comisión europea la entendía como un “compromiso voluntario más allá de las leyes”. Diez años más tarde, se cambia esta visión cómoda de voluntariedad por  la responsabilidad por los impactos en el marco de normas internacionales, es decir pasamos de una Responsabilidad Social de las empresas a una Responsabilidad Social de todas las organizaciones, que se asume como colectiva frente a los problemas sistémicos que exige su institucionalización universal. En dónde, además, la Responsabilidad Social es “responsabilidad por los impactos y no solo por los actos”.

Por lo tanto, los desafíos de la Responsabilidad Social deberán superar el doble discurso, promover cambios económicos sistémicos (no sólo ejemplaridad y buenas prácticas puntuales), diseñar políticas públicas co-construidas para orientar el mercado, premiar sistemáticamente la responsabilidad y castigar la irresponsabilidad. Además, deberá promover cambios económicos sistémicos, innovaciones éticas, políticas y jurídicas para responsabilizar a las sociedades de sus impactos. En este sentido, surgen tres responsabilidades cardinales: las responsabilidades moral y jurídica conciernen los actos. Son imputables a sus autores porque cada quien es responsable de sus actos. Pero la Responsabilidad Social es responsabilidad por los impactos. Y como estos surgen del actuar de muchos actores a la vez (pensemos en el cambio climático, por ejemplo) entonces se trata de una responsabilidad compartida, una corresponsabilidad que pide a los actores asociarse para resolver los problemas que su actuar ha creado.

Así entonces, la Responsabilidad Social se constituye en un operador político de creatividad, crea nuevas redes de cooperación para una sociedad responsable de sí misma, pero: ¿cómo empezar? A través de un camino personal y por otro lado el camino que parte de las demandas sociales, escuchar activamente lo que está pasando en los demás, en nuestro alrededor, en nuestras comunidades. Debemos trabajar en un mismo camino (interno y externo).

OC: Uno de los pecados de origen en la construcción de la Responsabilidad Social  es que su génesis se sitúa en el capitalismo, el cual reclama una ética para garantizar la sustentabilidad de su relación con la naturaleza y desde éste con las organizaciones capitalistas, como lo son  las corporaciones. En su experiencia, ¿la ética en la Responsabilidad Social que alcance práctico y posibilidad real tiene de ser vivida en las organizaciones?… o es solo un cliché de marketing para ser más aceptables como por ejemplo en las actividades extractivas?

François Vallaeys: En las corrientes de la RSE hay de todo, hay empresas que lo han tomado como un mero tema de gestión de los riesgos de mala reputación, es más el tema de la imagen lo que prima ante todo. Hay organizaciones que siguen con el viejo paradigma de la buena acción de la virtud “cumplimos con buenas acciones al lado de nuestros negocios”.

Pero se impone cada vez más la verdadera Responsabilidad Social que es la gestión de los impactos para subsanar, mitigar hasta suprimir los impactos negativos, previendo y anticipando los riegos. Debemos todos criticar el fairwashing (lavado de imagen o doble discurso) de muchas empresas pero no por eso decir cualquier cosa sobre la Responsabilidad Social Empresaria y negarle toda legitimidad. Porque existen actores que trabajan muy bien en estos últimos años, y la RSE constituye una especie de traducción de las demandas éticas en términos de gestión. La prueba es que las ONG están metiéndose cada vez más en la Responsabilidad Social. Fiscalizan a las empresas y les obligan a cumplir con lo que ellas mismas han declarado hacer: cuidar a la gente y al medio ambiente. Tómenlo como un movimiento multidimensional plurifacético de muchísimos actores que tratan cada uno desde su punto de vista, de traducir en términos de gestión y económicos los deberes éticos.

Además, Responsabilidad Social no es propiamente empresarial, éstos son uno de los actores sociales que deben cumplir con leyes y mejorar sus impactos negativos, pero no es el único actor ni el principal, tenemos la Responsabilidad Social que merecemos, y sino está bien en América Latina es quizás porque faltan ONG que encaren a las empresas. Quizás porque los marcos jurídicos, los marcos legales y las políticas de Estado no están bien.Quizás también porque al ciudadano no le importa nada y compra lo más barato, o no hay formación ética y de Responsabilidad Social adecuada en las Universidades y en los colegios, y no hay información correcta por parte de organizaciones vigilantes de la sociedad civil o de la academia. Es un tema de todos nosotros: es cómo crear ecosistemas que van a castigar al irresponsable y premiar sistemáticamente al responsable.

OC: ¿Por qué debemos pensar la Responsabilidad Social como responsabilidad por los impactos y no por los actos?

François Vallaeys: Porque los impactos no tienen autor, son productos sociales sistémicos. Ligan y enredan a sus inter-actores en forma generalmente invisible o involuntaria, sin imputarle al conjunto social, mientras los actos tienen autor, son productos de las personas que son visibles y distinguen a sus autores. Cada autor puede controlar sus actos por sí solo, son imputables a sus actores. Pero nadie puede controlar sus impactos a solas, se necesitan alianzas de gran envergadura para lograr reorientar al sistema social hacia el camino correcto de la justicia y la sostenibilidad. Los pequeños actos de las personas no tienen ninguna incidencia sobre las tendencias sistémicas.

OC: Hablando de RSU (Responsabilidad Social Universitaria) ¿A qué se refiere cuando habla de Currículum Oculto? ¿Desde su perspectiva cuáles son los desafíos para accionar de modo responsable y no como mera receta cosmética?

François Vallaeys: Desde la Universidad el currículum oculto es un fenómeno muy hondo. Al mismo tiempo que hay un currículum declarado de lo que estamos enseñando a los estudiantes, debemos tener en cuenta lo que hacemos en la Universidad, las rutinas comunes de transporte, comida, trato interpersonal, remuneración, cuidado medioambiental, etc. Esto último es el currículum oculto que el estudiante aprende mejor que la enseñanza formal, debemos por ello ocuparnos de todas las dimensiones en el ámbito educativo. La universidad está llena de impactos negativos, al igual que cualquier organización, porque así somos y ninguna organización es perfecta y debemos visualizarlos y tratar de remediarlos. No se debe tender a abogar a favor de una RSU que se parezca a una filantropía empresarial, sino a una que tenga que ser una RSU desde un autodiagnóstico crítico de la universidad, sobre sus propios impactos negativos para transformarse en buenas oportunidades traducidas en cambiar la currícula, métodos y líneas de investigación, rever la política de compras que se implementa, la gobernabilidad, la administración central e incluso hasta el manejo de la cafetería. Todo esto con el objetivo de que sean temas de mejora continua, asociando actores universitarios internos, como estudiantes, profesores y administrativos.

No se puede formar excelentes profesionales para servir un desarrollo insostenible. Le toca a las nuevas generaciones jugar de otra manera, de sacralizar el saber, articular la legitimidad del conocimiento. A través del dialogo, el cual tiene que ser autónomo ante el poder, ante las empresas, la legitimad de los saberes tiene que tener un orden público, el saber legitimo debe ser un bien público.

OC: ¿A qué hace referencia cuando habla de un nuevo «contrato social» entre la universidad y la sociedad? 

François Vallaeys: Es el nuevo contrato social que tiene dos partes, una interna entre los que conforman  la universidad, y por otro lado el contrato social entre la universidad y los demás actores de la sociedad. La universidad desde sus propias pericias de producción y transmisión de conocimiento debe ejercer su papel ciudadano y apoyar todos los procesos que debemos poner en práctica para regular mejor la economía, distribuir mejor los recursos, mejorar los impactos ambientales que tenemos en el planeta, etc.

OC: ¿Cómo evalúa y/o considera que se deberían situar las acciones derivadas de planes de capacitación en relación con la RS tanto para organizaciones empresariales como para la universidad?

François Vallaeys: Diría que desde mi experiencia quijotesca en el continente latinoamericano, entiendo que la Responsabilidad Social (RS) resulta sumamente importante, como así también que las personas entiendan el concepto, pasando de la visión espontánea de nuestra cultura cristiana de decir “es importante ser generoso con el más necesitado”  a incorporar una visión realmente de gestión y de percepción de los impactos que son todos sistémicos, más difíciles de controlar de lo que pensamos y que exigen ir más allá de unas buenas prácticas.

A partir de esto, los planes de formación deben partir de la posición del alumno (ingeniero, obrero sindicalista, ama de casa, estudiante), ese alumno debe tomar conciencia desde su vida cotidiana y desde su vida profesional sobre la importancia de la RS y debe percibir esos impactos y analizar con quién puede asociarse y qué puede hacer para empezar a remediarlos.

Debemos ser conscientes de que no hay varitas mágicas, no hay pasos rápidosde impactos negativos a impactos positivos en cinco minutos, esas rutinas pueden impactar sistémicamente y cambiarlas no es fácil, es un trabajo a largo plazo, mi trabajo es enseñar el concepto…qué significa hacer cosas por impactos y no solo por actos y el despertar de ese concepto ilustrado…lo que continúa, luego, es responsabilidad de cada uno.

OC: ¿Un mensaje que quiera dejar a nuestros lectores?

François Vallaeys: ¡AÑAY! Sonqoy ukhumanta pacha…..(¡Gracias!  desde el corazón profundo de la Tierra, desde tu igual, porque tú  y yo somos Tierra).

Por Lic. Telma Zemplin para Observador Central 

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